La equidad en la salud surge del acceso a los determinantes sociales de la salud, específicamente de la riqueza, el poder y el prestigio.[1] Las personas que han sido constantemente privadas de estos tres determinantes tienen una desventaja significativa respecto a las inequidades en la salud, y enfrentan peores efectos en la salud que aquellas que pueden acceder a ciertos recursos.[2] Simplemente proporcionarles a todas las personas los mismos recursos no es equidad; eso sería igualdad. Para lograr la equidad en la salud, los recursos deben distribuirse de acuerdo con el principio de las necesidades de cada persona.[1]
Según la Organización Mundial de la Salud, "La salud es un estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades."[3] La calidad de la salud y cómo se distribuye la salud entre el nivel económico y social en una sociedad puede proporcionar conocimientos sobre el nivel de desarrollo dentro de esa sociedad. La salud es un derecho humano fundamental y una necesidad humana, y todos los derechos humanos están interconectados. Por lo tanto, la salud debe abordarse junto con todos los otros derechos humanos fundamentales.[4]
Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) definen la equidad en la salud como "el estado en el cual todas las personas tienen una oportunidad justa de alcanzar su nivel más alto de salud."[5] Está asociada estrechamente con el movimiento de justicia social y con la buena salud considerada como un derecho humano fundamental. Estas inequidades podrían incluir diferencias en la "presencia de enfermedad, efectos en la salud o acceso a la atención médica"[6] entre poblaciones de distinta raza, grupo étnico, género, orientación sexual, discapacidad o nivel socioeconómico.[7][8]
Es importante distinguir entre la inequidad y la desigualdad en la salud. Desigualdad en la salud es el término usado en distintos países para referirse a aquellas instancias en las cuales la salud de dos grupos demográficos (no necesariamente grupos étnicos o raciales) es distinta a pesar de tener un acceso similar a servicios de atención médica. Se puede describir en más detalle como diferencias en la salud que son evitables e injustas, y que no pueden ser explicadas por causas naturales, como biología, o diferencias en las decisiones.[9] Por lo tanto, si una población muere más joven que otra debido a diferencias genéticas, un factor que no es remediable ni controlable, tendemos a decir que hay desigualdad en la salud. Por otro lado, si una población tiene una menor expectativa de vida debido a falta de acceso a medicamentos, la situación sería clasificada como una inequidad en la salud.[10] Estas inequidades podrían incluir diferencias en la "presencia de enfermedad, efectos en la salud o acceso a la atención médica". Aunque es importante reconocer la diferencia entre la equidad y la igualdad en la salud, tener igualdad en la salud es fundamental para alcanzar la equidad en la salud. La importancia del acceso equitativo a la atención médica se ha citado como esencial para alcanzar muchos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.[11]
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